La mayoría de los días cuando me levantaba, me tomaba un sobre porque estaba mucho peor que la noche anterior al irme a dormir, debía ir a trabajar y la rigidez matinal me producía unos dolores que hacía que me encogiera como una anciana. A lo largo del día me tomaba alguno más, tenía asumido que eso era lo único que me daba un poco de vida y me calmaba, era como si me tomase un refresco.
Todos en mi casa sabíamos que aquello no era normal, me reñían por tomar tanto sobre, pensaban que era muy malo para mi salud por automedicarme y a veces me los tenía que tomar a escondidas. Había días que no me tomaba nada, resistía unos dolores tan fuertes que son difíciles de describir, me atravesaban entera como un pincho ardiendo, desde la cabeza y hasta los pies, no se calmaban en ninguna situación, ni posición, así que después de cuatro o cinco días resistiendo, haciendo buena cara, disimulando el dolor, no tenía otra alternativa que tomármelo para calmar aquella tortura; solo un poco, porque más tarde supe por mi reumatóloga que el Ibuprofeno no es el analgésico más adecuado para la Fibromialgia.
Las vida cotidiana era difícil de llevar, había acciones que era muy difícil de entender que dolieran, si cocinaba, el echo de remover un guiso o darle la vuelta a un bistec o una tortilla hacia que mis hombros se resintieran, peinarme era toda una temeridad, tengo el pelo rizado y lo alisaba con el peine, mi cuero cabelludo no lo resistía, así que dejé de alisarlo y solo utilizaba los dedos para amoldar los rizos, el roce de las costuras o las etiquetas de la ropa también dolían, antes de comprarme algo nuevo tenía que mirar bien como estaba cosido y por supuesto quitar inmediatamente después de la compra, las etiquetas que van cosidas, y así cientos de cosas, cosas tan gratificantes como coger en brazos a un bebé, que te den un abrazo, sonreír, sostener un libro para leer... cosas habituales como fregar los platos, llevar peso, coger algo muy frío o congelado, escribir a mano, duelen... llenaría páginas y páginas, cosas que es difícil para muchas personas entender que le pasa a una persona con esta enfermedad cuando no se tenía nada de información, aún ahora después de tantos años, con bastante más información, estudios e investigación, hay personas que siguen sin comprender nada
En 1992 la OMS, Organización Mundial de la Salud, consideró como enfermedad a la Fibromialgia, clasificada internacionalmente dentro de los reumatismos con el código M79.7, el mismo año en que a mi me fue diagnosticada.
A últimos del siglo XIX a las personas que presentaba signos de Fibromialgia, se les diagnosticaba con "Neurastenia", enfermedad psiquiátrica y a muchas se les confinaba en manicomios. A principios del siglo XX desapareció este termino para pasar a llamarse "Fibrositis" y se empezó a hablar de inflamación del tejido fibroso del músculo y en 1976 pasa a llamarse Fibromialgia y se define como una forma de reumatismo articular.
A últimos del siglo XIX a las personas que presentaba signos de Fibromialgia, se les diagnosticaba con "Neurastenia", enfermedad psiquiátrica y a muchas se les confinaba en manicomios. A principios del siglo XX desapareció este termino para pasar a llamarse "Fibrositis" y se empezó a hablar de inflamación del tejido fibroso del músculo y en 1976 pasa a llamarse Fibromialgia y se define como una forma de reumatismo articular.
Pero la realidad es que a muchas mujeres, la enfermedad afecta mayoritariamente al sexo femenino, y algún hombre que se quedaron por el camino, nunca supieron que sufrían esta enfermedad, eran tachados de loc@s, vag@s, histeric@s, inventores de enfermedades, hipocondríac@s, que no era nada físico todo estaba en su cabeza y muchos de ellos no pudieron superar la presión y la incomprensión y terminaron suicidándose.
Bibliografía: Wikipedia
Bibliografía: Wikipedia
Totalmente de acuerdo, me identifico
ResponderEliminarComo te entiendo Gloria!!💛😘
ResponderEliminar