domingo, 6 de septiembre de 2020

La vida laboral con Fibromialgia


Siempre he trabajado en atención al cliente telefónica mi función era proporcionar información y soporte con relación a los productos o servicios que ofrecía la empresa, además de canalizar las quejas, reclamaciones y sugerencias de los clientes. Es un trabajo que no agota físicamente, pero sí mentalmente, hay que tener en la cabeza miles de datos, fórmulas, informaciones y mucha paciencia para aguantar a las personas que no entienden lo que les estás explicando o las que llaman enfadadas y había que tranquilizar.

A mí me gustaba mucho mi trabajo, pero con el paso de los años se hacía cada vez más difícil, entraba a las 9 de la mañana y me tenía que levantar tres horas antes porque necesitaba al menos una hora para poder ponerme en modo ONN, después de un largo trayecto en tren de cercanías y metro, cuando llegaba al trabajo ya estaba tan agotada que necesitaba al menos media hora para recuperarme antes de entrar. Empecé a tener problemas cognitivos se me olvidaban las cosas, se me trababan las palabras y empezaba a tartamudear, no sabía que decir, aunque lo tenía en la mente no podía verbalizarlo, pero con la experiencia de tantos años tenía mis trucos y hacía que siempre saliera airosa de cada llamada.

Aparte del dolor la Fibromialgia también es fatiga, te levantas cansada, pasas el día cansada y te acuestas cansada, el dolor lo puedes controlar con calmantes, pero la fatiga no aunque descanses 

Un día después de mi jornada laboral, las tareas del hogar, atender a mis hijos, caí redonda en el sofá, estaba tan agotada que no me podía ni mover, nunca había experimentado una fatiga tan profunda y extenuante, no quería ir al médico, porque mi doctora ya me había advertido que tenía bajar mi actividad, pero mi hijos y mi marido estaban tan asustados que me obligaron a ir.

Me dio la baja, me dijo que sería larga, necesitaba descansar y recuperarme y me aconsejó que tenía que ir pensando que hacer con mi trabajo porque no podía seguir así, por suerte o por desgracia, a los ocho meses de estar de baja, mi empresa entró en quiebra y despidió a todo el personal. Con el dinero de la indemnización, contraté a un abogado y empecé a tramitar la incapacidad, podría haberlo ahorrado, sí ahora es difícil que te concedan algo, en aquel entonces era imposible, mi abogado quería que mintiéramos y hacer que me la dieran por otra enfermedad, me negué en redondo, yo solo quería que fuese por mi Fibromialgia, no por algo que yo no tenía. Tuvimos que ir a péritos, forenses, tribunal médico, juicios, apelamos varias veces, hasta llegar a la última instancia y la sentencia final fue: Admitimos que tiene Fibromialgia, pero es demasiado joven para dejar de trabajar.

Muchos pacientes tienen que seguir trabajando aunque no puedan, eso es lo que tuve que seguir haciendo, encadené contratos con periodos sin trabajar que me venían muy bien para recuperarme y enlazar con un nuevo contrato. A muchos los despiden por su baja productividad o por las constantes ausencias por bajas médicas, muchos se quedan sin ninguna ayuda y tienen que vivir a expensas de su familia. 

Hay que luchar sin duda por un cambio en la sociedad, más médicos especialistas en estas dolencias, poder conciliar el trabajo con la dolencia, más comprensión con centros de apoyo para pacientes y familiares, oir a los pacientes activos que luchamos por dar visibilidad a esta enfermedad tan invisible y sobre todo tribunales médicos que tengan los mismos varemos para dar incapacidad.

Hace un par de meses escribí este post, he ido posponiendo su publicación porque solicité la jubilación anticipada, ya que todas las puertas para conseguir una incapacidad ya se me habían cerrado y hoy ya puedo decir que soy una jubilada, gracias a los años trabajados aún sin poder hacerlo.





Después de 29 años, no ha cambiado casi nada

En el año 1992 la OMS (Organización Mundial de la Salud) reconoció como enfermedadla Fibromialgia y se incorporò a la clasificación internac...